¿Cómo conseguirlo? Con un poco de investigación y una buena dosis de imaginación. Este es uno de esos trucos que los escritores naturales hacen sin pensar y que el resto de nosotros podemos aprender con un poco de práctica. Lo que vas a hacer es crear un "personaje" de tu lector ideal. Por ejemplo, si estás escribiendo una carta de ventas, tu personaje es el cliente. Espero que tengas una buena idea de quiénes son tus clientes y, si no, tal vez quieras investigar un poco para averiguarlo.
Elija un cliente: Alguien que haya comprado tus productos en el pasado y lea todo tu material. Esta persona puede ser real o imaginaria, no importa. Ahora escribe una biografía de tu cliente, respondiendo a estas preguntas: ¿Hombre o mujer? ¿Edad? ¿Dónde vive? ¿Ocupación? ¿Le gusta? ¿Le gusta? ¿Deseos? ¿Objetivos? Ya te haces una idea: estás creando a esa persona como si fuera real y estuviera sentada en la habitación contigo. Imagínatelo o elige una foto de Internet.
Ahora viene lo divertido: Hazte amigo de este cliente. Imagina que tienes una charla cara a cara sobre tu último producto o el artículo que vas a escribir. ¿Qué le dices? ¿Qué preguntas tiene? ¿Entiende lo que le dices o necesita alguna aclaración?
Si crees que no puedes hacerlo, es que no tienes práctica. Todos los niños tienen conversaciones imaginarias en la cabeza, y tú también. Esta es tu oportunidad de dejar que tu subconsciente trabaje, completando las palabras que tu personaje te diría en una conversación. Te sorprenderá lo que descubras, porque estarás abriendo la puerta a conocimientos que ni siquiera sabías que tenías.
Ahora bien, una vez que tenga una idea clara de quién es su persona, escriba esa entrada de blog o artículo o mensaje de ventas directamente a su persona, igual que escribiría una carta personal. Asegúrate de conectar con ellos tanto a nivel emocional como intelectual. Tu personaje es el único que importa cuando escribes, porque sois vosotros dos manteniendo una conversación íntima.
Y si todo esto te parece una tontería, no te preocupes. Pruébelo. Te sorprenderá gratamente lo mucho que mejora tu escritura cuando te diriges a esa persona en concreto.
BONUS: A medida que vayas conociendo mejor a tu personaje, puedes intentar hacerle preguntas y escuchar en silencio sus respuestas. Tu persona puede decirte por qué tu marketing se está quedando corto, cómo comercializar tu producto para conseguir más ventas e incluso qué producto crear.
Una vez que conozcas bien a tu primer personaje, plantéate crear un segundo que sea bastante diferente del primero. Por ejemplo, si tu nicho es el marketing en Internet y tu personaje es un hombre de 50 años que quiere ganar un dinero extra para la jubilación, tu segundo personaje podría ser un joven de 22 años que quiere ganarse la vida a tiempo completo en Internet lo antes posible, o quizá una madre de tres hijos de 35 años recién divorciada que intenta llegar a fin de mes.
Estos personajes darán vida a sus escritos y le permitirán acceder a información útil y, en ocasiones, brillante, que le sorprenderá por completo y contribuirá significativamente a su cuenta de resultados.