Un ejemplo: si no la conoce, en Londres hay una noria gigante que es absolutamente enorme y ofrece unas vistas espectaculares. Se construyó con motivo del efecto 2000. Irónicamente, no se inauguró a tiempo para el efecto 2000, pero esa es otra historia (quizá sobre planificar tu negocio y cumplir los plazos).
Para subirte a esta noria, conocida como London Eye, tienes que pagar algo así como 20 libras y hacer cola durante una hora y media. Para vosotros, los yanquis, una cola es una fila 😉 .
Pero si está dispuesto a pagar más - bastante más - sólo tendrá que esperar unos 15 minutos. Eso es porque también ofrecen algo llamado Fast Track, también conocido como la cola corta para ricos.
Ahora bien, ¿en qué parte de su negocio puede ofrecer una "línea corta para clientes ricos"? Es decir, ¿cómo puede mejorar sus productos o servicios para aquellos clientes que están más que dispuestos a pagar por un servicio mejor y más rápido? Porque esos son los clientes a los que tiene que mimar. Estos son los clientes que harán que sea un placer dirigir su negocio y que serán la razón por la que le gusta levantarse por la mañana y tiene un coche nuevo en el garaje. Francamente, estos son los clientes que, cuando tenga suficientes, le permitirán centrarse exclusivamente en ellos si así lo desea.
Piénsalo así: ¿prefieres atender a 100 clientes ricos que pagan lo que cobras sin inmutarse, o a 1.000 clientes que se quejan de tu última subida de precios? Para ser franco, puedes ganar mucho más atendiendo a tus mejores clientes que intentando vender cosas baratas a gente barata. Y sí, me doy cuenta de que puede que no sea políticamente correcto que yo diga esto, pero apuesto a que ya puedes ver la verdad en ello.
Así que la decisión es suya: siga centrándose únicamente en vender a las masas o empiece a localizar a esos clientes que estarán encantados de pagarle lo máximo por sus extraordinarios servicios sin pestañear.
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