Por ejemplo, en lugar de apuntar a la cara de tu oponente, apuntas a un punto justo detrás de su cabeza.
Esto da a tu golpe mucha más fuerza, porque tu objetivo está mucho más allá de su cara. Necesitas más esfuerzo para lograrlo.
Y al esforzarte más, haces que tu golpe sea más fuerte.
Además, si tu objetivo es su nariz, inconscientemente tirarás de tu puñetazo, lo que significa que tu puño se ralentizará a medida que se acerque a su objetivo.
Supongamos que tu objetivo de ingresos es $1.000 a la semana. En lugar de apuntar a $1.000, apunta a $1.500.
Tendrás que esforzarte más para alcanzar este objetivo y llegar más lejos, con mayores expectativas. Todo ello conducirá a un mejor resultado.
E incluso si "tiras del carro" antes de llegar a $1500, seguirás superando el objetivo de $1.000. Sé que suena raro, pero pruébalo.
Creo que los resultados le sorprenderán gratamente.