Pero desde que tenía uso de razón, una vocecita insistente le decía que podía ser un gran escritor.
Por desgracia, Anthony nunca había escuchado esa voz. Pero ahora que se estaba muriendo, esperaba poder escribir un libro que generara derechos de autor para su esposa.
Así que durante los 9 meses siguientes Anthony escribió día y noche, terminando la friolera de cinco novelas y media. Eso es más de lo que muchos escritores profesionales crean en 10 años, o para algunos en toda una vida. Y eso ni siquiera es lo más emocionante.
Mientras estaba ocupado haciendo lo que sabía que debía hacer durante toda su vida, mientras estaba ocupado siendo creativo y productivo, su cáncer desapareció silenciosamente.
En su larga y prolífica vida como novelista, Anthony Burgess escribió más de 70 libros, entre ellos la famosa "La naranja mecánica".
Pero sin su condena a muerte, tal vez nunca hubiera escrito.
Imagina por un momento que te queda menos de un año de vida. ¿Qué vas a hacer con él? Ya sea un año o mucho más, si no estás haciendo aquello para lo que has nacido, ¿no es hora de cambiar de rumbo?